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Lilia Gutiérrez Riveros

Macaravita - Colombia  

 

Macaravita, Colombia. Poeta, ensayista y narradora. Química y bióloga, con estudios en medicina cuántica y astroquímica. Catedrática universitaria y gestora cultural. Algunos poemas han sido traducidos al inglés, francés, portugués, alemán, italiano, árabe, rumano, nepalí, y mandarín. Incluida en antologías y estudios críticos. Ganadora del I Concurso Mundial de Ecopoesía, 2010. Embajadora de la Paz del Círculo Universal de Embajadores de la Paz con sede en París y Ginebra. Fundadora y Presidenta de la Fundación Poesía Sin fronteras.

   

Bibliografía

Doble travesía (novela), Educar Editores, 2017

Valerio Valentín (novela), Babel Books, Inc, New York, 2012, segunda edición, Editorial Atenea, Bogotá, 2014.

Los duendes de July (cuento de Navidad), El Palatino, Bogotá, 2013.

Sinfonía del orbe, poesía competa , Arte Poética Press, New York, 2014.

Inventarios (Poesía), Ediciones Exilio, 2013

Pasos alquilados (Poesía), Caza de Libros, Ibagué, 2011

Intervalos, (Poesía), Contracartel Editores, Bogotá, 2005. La cuarta hoja del trébol (Poesía), Ediciones Equilibrio, Bogotá, 1997

Carta para Nora Böring y otros poemas , Contracartel Editores, Bogotá, 1994.

Con las alas del tiempo (poesía), Ediciones Tercer Mundo, Bogotá, 1985.

Algunos libros de ciencia:

Taller de laboratorio: 100 experimentos de biología, física y química , Lexus Editores, Barcelona, España, 2010

El gran libro de los Dinosaurios 3D, Lexus Editores, Euroméxico, 2011

Criaturas Mitológicas , Lexus Editores, 2012.

Autora de 15 libros de química, 13 de Biología y más de 20 publicaciones de metodología científica.

https://liliagutierrezrive4.wixsite.com/misitio

 

Capullo de rosa

A sor Teresa de Calcuta

 

Con el nombre de Teresa

Anges Gonzha decidió seguir a Jesús

y lo siguió junto a los desamparados

los hambrientos, los leprosos y los ciegos.

 

De su voz salía la fortaleza

y sus manos siempre llegaban

a sanar al más necesitado.

 

¿Cuántos huérfanos y tristes

acudieron a su encuentro?

 

En su cuerpo y frágil pequeño

cabía la fortaleza para respaldar

a los sin nombre y sin aliento

 

No se le vio cansancio en la mirada

tan sólo la forma de ayudar a los abandonados.

   

Neruda inmortal

 

Cuando se juntan las voces y las manos

cuando los ojos se acercan

y los rostros sonríen sin reserva

surge al borde un verso del gran Neruda.

 

Neruda

nos convirtió en chispa de amor

en la evolución de la especie

por los laberintos del planeta.

 

Llevaba en el bolsillo

la fortaleza de una estrella

y el abrazo para los sindicatos

del cobre y del salitre en Isla Negra.

 

Seremos parte del futuro

de la mano del Neruda enamorado

del Neruda exiliado, del Neruda obrero

del Neruda inmortal del corazón de América.

 

Simbiosis por la vida

 

Surgí del tiempo

convencional y sin memoria.

 

Soy la simbiosis

de la lucha y la ternura.

 

Soy la paz y soy la guerra

el conflicto

y el equilibrio de las cosas.

 

Estoy en centro de la oscuridad

y renazco en la intensidad de la alborada.

 

Voy por los vientos

los abismos

las cordilleras

y los mares.

 

Soy el alma libre

del encarcelado

y la mano del juez

en la sentencia.

 

A hurtadillas

por los nervios de la ciudad

soy el asfalto

que espía los secretos

la carrera de los autos

y la ilusión de los viajeros.

 

Soy la fuerza

centrípeta del universo.

Robo la luz a las estrellas

y la almaceno

en la línea de la búsqueda.

 

Soy

la ansiedad de agosto

transportando cometas-mariposas

 

la inquietud

en todos los matices

 

La verdad que habita

en las conciencias.

 

Mantengo altiva la voz

cuando los labios retuercen las palabras.

 

Soy el todo y la nada.

La evolución y la catástrofe.

 

El corazón de los invertebrados

el sueño de los vegetales

fuego y agua en elíptica danza

la calma y la ira de los amantes.

 

Soy la herida

la muerte

y el dolor

de quien las causa.

No tengo dios ni poderío.

 

Soy la libertad

que enciende

el fuego de la vida.

La cuarta hoja del trébol

 

A la muerte le falta

el agua que en el prado

descubre las líneas del alba.

 

La cuarta hoja del trébol.

 

Deberíamos ir a la muerte

como se llega al beso del primer amor.

 

Deberíamos ir

con los pies descalzos

y un traje de playa.

 

A la muerte

le falta el aire de Amazonas

dos sílabas en Quechua

 

un Dios Azteca

 

Una virtud Caribe

y el corazón

repleto de excepción.

 

A cambio

nuestras familias

tropiezan precipicios

calles ambiguas

ciudades absurdas.

Amigos

Deberíamos ir a la muerte

como una mañana de domingo

descalzos a la playa.

Fiesta vegetal

 

Desde la raíz la luz busca su brillo

asciende la escultura de los tallos,

se vuelve brote y rama y arrullo de las aves.

Teje corolas, se vuelve estambre

concentra el polen y lo almacena en sus anteras.

Se torna jugo y almendra en la redondez del fruto.

 

En el derroche de colores

los jazmines beben blancura

las buganvilias exhiben

lilas, violetas y amarantos.

La azalea reparte sus perfumes

y la rosa multiplica sus ropajes

entre dalias y magnolias.

 

 

Detrás de la azucena

un grillo se esmera ensayando

sus ritmos monocordes

mientras la yerba de los prados

perfecciona su danza con la brisa.

 

La noche construye puentes

entre el polen y el germen.

 

Antes del amanecer un pequeño brote

brindará al mundo el nuevo rostro de la vida.

Somos Tierra

 

Porque el viento

esparce por la tierra

las generaciones idas

no existe partícula escondida

sin memoria, sin esencia.

 

No existe gota en el mar

que no haya sido sangre, pálpito o aurora.

 

Cada gota de savia

en los tallos del mundo

ha sido arrullo y beso

amor y temple humano.

 

La tierra que pisamos

es el camino de los ancestros.

Somos la expresión de su cosecha.

 

Aquí estamos, de pie.

Somos evolución y sustancia

partícula de raíz, estatura arbórea

virtud de agua, prisma de la roca

sonido de la selva

abrazo, recuerdo, conjugación de vida.

 

Dentro de uno o dos milenios

alguien inclinará su cabeza

y escuchará acordes antiguos

cuando levante de la tierra

y acerque a su corazón

el puñado de murmullos

de sus antiguas generaciones.

Ser sureño

 

Es extraño no tener vecinos

ni raza, ni pueblo para caminar.

 

Se añora el río

y las palmas de cocotero

vigilando los caminos.

 

En este punto del orbe

merodean expresiones vacías

entre el frío y la ausencia.

 

Por eso se añora el sur.

Ser sureño es una forma

de respirar la vida.

Ser sureño es mirar despacio

y compartir adagios

no hablar solo y disfrutar

el viento que juega con los rostros.

 

El aroma del café

convida a compartir el jugo de naranja

 

Y luego

el oficio invade el día

y nos renueva en la memoria de la tarde.

 

Esta no es mi tierra

pero aquí levanto mi destino

aprendo a acentuar de nuevo las palabras.

 

Aunque me llame el río

el sabor a trópico

el sonido de una cumbia

y las sonrisas de la cuadra

aquí, en esta tierra

inauguro mis pasos alquilados.

Continente – América

 

Territorio de mis días

remanso y respiración para emigrantes

pétalo de marzo y manjar de abril

sudor y aliento en trova de jornales

cena múltiple en casa de pradera

respiración en noche plateada.

 

Continente – América

conjugación de historia en espiral,

filigrana sobre la piel de los siglos.

 

Continente renovado

entre Atlántico y Pacífico

culminación de montañas

rastro de otras vidas.

 

Soy pulso de tus fuentes, de tus pampas

de tus desiertos, de tu vientre mineral.

 

Aquí estoy

para nombrar tu raíz primordial

casta y savia de atajos

entre elevaciones y planicies

 

Soy la voz

de tus especies

que aún sin nombre

van al depósito del olvido.

Rastro de cuento mapuche

escultura y perfección de Patagonia

tambor y zamba de carnaval

pulmón y nervio de Amazonas

vestigio escondido de mayas y de aztecas

fruta, colorido y canción de trópico

textura y brillo de corales y arrecifes.

 

Soy partícula de tu pasado

pulso y sangre

de tu proyección y suma.

 

Borrasca
 

Se precipitan las gotas

en tropel por los montes

y aceleran el viaje por la pendiente.

 

La borrasca atropella

y las voces se pierden

detrás del árbol caído.

 

En su furia Tifón envuelve

la curvatura de la noche

lanzando instantes de fuego.

 

Huérfanos los cultivos

se hunden en el lodazal.

 

¿Cuántas especies

se pierden en el torbellino?

 

Las manos del labriego

rescatan los utensilios

que abandona la borrasca.

 

Los altibajos del tiempo

dan cuenta de las siembras perdidas.

 

Sólo la luz asoma en la mirada

del niño que abre la esperanza en la ventana.

 

Planeta de bolsillo

 

Recorro la elongación de un suspiro

y siento que tenemos derecho

a un mundo sin residuos

sin armas y sin humo.

 

Siento ganas de un planeta de bolsillo

para caminarlo a pie

sin prisa y sin horarios.

 

Un planeta con olor a vida simple

para sembrar abrazos y utopías.

 

Un planeta para respirarlo

con los árboles y los venados

orugas, mariposas y delfines.

Un planeta con mares de medusas y crustáceos

y la migración de vuelos del Ártico hasta el Índico.

Recorro la elongación de un suspiro

y protejo entre el bolsillo

mi planeta de bosques y manglares

sin ruidos en el aire y calma en las ciudades.

 

Un planeta con gente de conciencia verde

de manos dispuestas a madurar la vida

y el corazón crepitando al borde de la noche.