HOME

       
 

Enrique Antonio Sánchez Liranzo

República Dominicana

Biografía

 

Nació en 1958, en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana. Es abogado, poeta, ensayista y narrador. Técnico en apreciación cinematográfica.

Ha publicados obras de poesía: Versos de primaveras (1991), Jardín de amor (1993), Poemas con el mar (1993), Primavera 88, Poemario (1997),

Poemas por la paz (2010). Finalista en los concursos de poesías española “Estrella Fugaz” - España (2003), “Lo que pasa entre versos” - España (2015) y “Un poema en 80 días” - España (2015).

Figura en las siguientes antologías: Un poema a Pablo Neruda (Chile, Isla Negra, 2010), Mil poemas a Pablo Neruda (Chile, Isla Negra, 2011), Con las manos pintadas de poemas (Argentina, 2011), Una mirada al sur (Argentina, 2011), Poesías, cuentos y voz (Argentina, 2012), Periplo de las mariposas (Buenos Aires, Parnassus, Patria de Artistas, 2015), Poetas y Narradores del Mundo, (Santo Domingo, 2015). Entre otras.

fundacionfedelist@yahoo.es  

 

LA VEJEZ.

Nuestra juventud es una cámara nupcial,

Llena de luces, de perfumes y flores,

En ella esperamos la visita de la vida.

 

Y ella llega y la desfloramos con frenesí,

La gozamos con violencias,

Ajamos todas sus flores,

Apuramos todos sus encantos,

Agotamos sus besos.

 

Nos embriagamos de sus caricias,

La coronamos con todas las rosas

De la lujuria y la ilusión.

 

La envilecemos y nos envilecemos

A nosotros mismos, con ella…

Nos dormimos sobre sus senos

Martirizados por nuestras manos.

 

Sí… Y despertamos hastiados de ella,

Sobre los restos del festín encantador,

Preguntando con fastidio: ¿Cuándo se irá?...

 

Nuestra vejez

Es una cámara de enfermo ataviado para recibir

En ella la visita de la muerte.

No hay música, no hay amor, no hay flores,

No hay perfumes.

Grandes silencios que vienen de los jardines

Cercanos de ultratumba.

 

Y preparados para esa cita con la última querida;

Aquella que no falta nunca,

Nos impacientamos diciendo: ¡Cuánto tarda!...

¿Por qué no viene?

Alguien llega;

Es ella,

La engullimos de un sorbo

Y caemos en sus brazos.

La sentimos, pero no podemos verla,

Sus besos nos hacen ciegos y sordos

Para siempre.

 

Bendita edad ésta en que sentado en lo alto

De la colina que divide

y domina las dos vertientes

De la vida, vemos debajo de la ya

perdida en el límite

De muchas lejanías; los soles de medio siglo

Ya extinguido y acumulados sobre ella,

Le hacen una germinación astral

Que esplende en la soledad.

 

¡Qué bueno es hablar de la muerte! -.

¡Qué bueno!... Cuando las flores

De los jardines de la vida

Se han marchitado.

 

 

EXTERMINIO.

¿Qué cosas se grabaron en tus pupilas yertas

Cuando al morir quedaron

terriblemente abiertas?

¿Qué cosas le pediste con pasión anhelante

Al Dios de las alturas, en el último instante?

¿Para quién fue tu último

pensamiento profundo?

¿Cuándo rendiste a la altura

para dejar el mundo?

JESÚS.

 

Jesús

En las alturas quizás yerra

Por siempre,

Para así imponernos el dolor y

La duda.

Jesús hijo tierno de toda

La verdad que es el Dios verdadero de quien no puedo

Dudar,

Jesús por siempre hijo del Padre Celestial

Padeció por nosotros en una cruz mortal,

Para enseñarnos siempre

La furia del dolor,

Y en la vida final el don de perdonar.