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Danilo Sánchez Lihón, Perú

Biografía

Danilo Sánchez Lihón nació en Santiago de Chuco, en la sierra del Perú.
Se Licenció en Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y siguió estudios de especialización en Madrid. Integró en la década del 60 el grupo “Piélago”.
Ha publicado en poesía: “Las actas”, Ed. Piélago (1969)¸ “Scorpius”,
Ed. Arte Reda (1971); “Canto de Acllas”, Ed. Gárgola (1972); “Crío una mosca”, Ed. Gárgola (1981); “Ciudad irreal”, Ed. Universidad Nacional Agraria La Molina (1992); “De tripas corazón”,
Ed. Instituto del Libro y la Lectura, INLEC (1998). “Acción de gracias”,
Ed. Biblioteca Nacional del Perú (2000). Para vivir en otra eternidad, Ed. INLEC, (2007).

Es autor de la antología “Santiago, tierra de poetas”, Ed. INLEC (1999).

Figura en las principales antologías de poesía peruana.

Fundó y conduce la Colección de Poesía “Gárgola”.

En otros géneros ha publicado obras de: ensayo, referidas principalmente al tema de la lectura y la literatura infantil, de narrativa, recreando mitos, leyendas y cuentos populares del Perú profundo y acerca de sus vivencias en Santiago de Chuco; y de pedagogía, principalmente en el área de la enseñanza aprendizaje de la comunicación integral.

Es docente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Dirige la Asociación Capulí, Vallejo y su Tierra y el Instituto del Libro y la Lectura del Perú. Correos electrónicos: dsanchezlihon@aol.com, danilosanchezlihon@gmail.com

       

 

 

Poesía

Mil Poemas a Miguel Hernández

LA MAÑANA
QUE JAMÁS
SE TERMINA


“Tu sangre es la mañana
que jamás se termina”.
Miguel Hernández

1.

Pocos
son los puros de corazón, y tú
Miguel
lo eres. A pocos les dura tanto
el fervor,
y arraiga tan hondo la fe, como
ocurre
en tu caso. Tan inagotable es
tu fuente
de amar, que ya para siempre
nos sustenta.

2.

Ya
todo estuvo muy cerca de tus
manos,
y se esfumó, incluso la dicha.
Por eso
al morir no pudieron cerrarte
los ojos
azules, redondos e inocentes,
y quedaron
abiertos para mirarle de frente
a la muerte.

3.

En un alto
del combate viajaste a casarte
en Orihuela
con una mujer más luz y altar
que el más
inhiesto acantilado del planeta
¿Y cómo son
los crepúsculos de los caminos
cuando
se tienen esos ojos clavados
en el alma?

4.

Y también
pregunto: ¿cómo es que nace
y crece
en lo más inesperado de una
montaña,
en un paraje hostil y agreste,
compartiendo
abrojos con el hato de cabras,
la luna y
los relentes, un brillo tan claro
y un corazón
inmenso como es el tuyo que
estremece?

5.

Miguel,
¡qué coraje el tuyo para asumir
una causa.
¡Y liberarnos de tantos agobios!
Esa pasión
y fulgor en la frente. Y renuncias
totales
más allá de la vida y la muerte,
hasta
hacerte leyenda tenaz de valor
para siempre.

6.

Te escribo
desde Santiago de Chuco, tierra
de Vallejo,
tu férvido camarada, quien desde
su trinchera
te saluda, soldado de la dignidad
y la vida,
del borbotón de sangre conmovido
e irremplazable,
del fuego encendido e inapagable
del alma.

7.

Ambos
con hombría obstinada en amar
al pueblo,
a consagrarse en quererlo pese
a sus reveses.
Y defenderlo, pase lo que pase.
Con recóndito
coraje para amar a España como
se ama a
un hijo, a un padre o a una dulce
enamorada.

8.

La vida
fue despiadada contigo. Y todo
por la tenacidad
que pusiste. Te privó de lo más
mínimo,
padeciendo prisión tras prisión.
para morir
a los 31 años ahogado en sangre.
Pero la vida
te dio a Josefina y con ella todos
los dones.

9.

Con una mujer
que reúne amor y valor, como fue
ella,
todo está obtenido, quien se unió
a ti sabiendo
que todo sería martirio. Por eso el
vuestro
es amor legendario y sublime, más
por tener
que extrañarse. Antes que verse
era anhelarse.

10.

Deja
que te salude y admire entonces,
poeta y soldado,
también por la mujer que tuviste,
capaz
de cariños, lealtades y renuncias
tan hondas,
en quien no hizo mella las cárceles
que padeciste,
años en que ella se mantuvo firme
e incólume.

11.

Un hombre
que es capaz de tener una mujer
de ese temple,
cristalina como una fuente y dulce
como fruta,
está salvado para siempre, aunque
lo maten,
desaparezcan o caiga fulminado.
Porque eso
es lo que vale, hermano, al final
de cuentas.

12.

Contigo
España para nosotros dejó de ser
Imperio
para ser un pueblo que sufre y ama
como el mío
y el de todos, y que nos duele tanto.
Por eso te
abrazamos, siendo tu canto nuestro
canto,
y tu lucha nuestra lucha, aquí, ahora
y para siempre.